México, ¿Del Hartazgo al Hambre?


México acaba de pasar por la campaña electoral más sucia y sangrienta de que se tenga historia,  sin embargo muchos analistas declaran una "contundente victoria de la democracia" por el hecho de que por primera vez el péndulo político se mueva hacia la izquierda y que sea un 53% de la población la que pide, electoralmente, un cambio real en la relación que tiene el pueblo mexicano con su gobierno.

Hay comentarios agoreros sobre la posibilidad que el presidente electo pretenda generar un viraje al estilo venezolano, en lo personal creo que cada país tiene sus circunstancias y que aun habiendo afinidad ideológica es poco probable una réplica de la catástrofe política que tiene a Venezuela postrada económica y socialmente.

Los elementos que llevaron al electorado mexicano a tomar la decisión de cambio son bien conocidos, una democracia alternante imperfecta, la dictadura de partido ejercida por el PRI durante siete décadas, el autoritarismo, la represión, la corrupción, la violencia, la descarada impunidad y un largo etcétera son los factores causales de dicha decisión.

La palabra de moda es "hartazgo", dicho de manera coloquial los mexicanos estamos "hasta la madre" de tanto político "chanchullero", corrupto y abusivo, estamos cansados de los partidos políticos que no representan realmente al pueblo sino a sus propios y mezquinos intereses. Ya no aguantamos la violencia e inseguridad que sucesivos gobiernos no solo han incapaces de contener sino que han sido catalizadores de la misma al desarrollar relaciones "contra natura" entre gobiernos y grupos delictivos... y pare usted de contar de que tantas otras cosas estamos hartos.

El caso es que López Obrador es el nuevo presidente elegido por una innegable mayoría en un proceso inédito e histórico y se abren grandes interrogantes y aparecen muchos temores aparentemente bien fundados, todos los mexicanos nos hacemos la pregunta ¿y ahora... qué?

Sin pretender ser adivino plantearé dos posibles escenarios y el tiempo se encargará de decirnos cual fue correcto.

En el mejor de los casos, López Obrador realmente se convertirá en el "San Jorge" que atacará (no sabemos si con éxito) al "Dragón" de la corrupción logrando hacer honor al nombre de su partido ya que Regeneración según Wikipedia es "el proceso por el cual se recupera la estructura y la función de órganos o partes del cuerpo dañados" y México necesita indudablemente recuperar estructuras morales e institucionales dañadas por la tergiversación de valores, ejercicio despótico del poder y la corrupción.

Esta lucha no será fácil ya que irá encaminada primordialmente "hacia adentro" es decir que tocará intereses de personas y grupos enquistados en las estructuras de los sectores público y privado, pero otorguemos el beneficio de la duda y esperemos que AMLO logre por lo menos algo similar a la "Renovación Moral" de Harry Truman en 1948.  En el plano económico es muy poco probable que se cumpla la promesa de financiar las obras sociales con los ahorros que genere el combate a la corrupción pero indudablemente algún resultado se alcanzará.

Siguiendo en este escenario optimista, el presidente electo podrá lograr cierto avance económico con un moderado desarrollo, mediante la aplicación sensata de cierta dosis de populismo  y mucho pragmatismo económico, esto desde luego causará escozor a los economistas clásicos y a muchos empresarios, pero afortunadamente la economía de México es abierta y diversificada y es poco probable que este gobierno, por muy legítimo que sea, pueda retrotraerla a situaciones de nacionalismo ya superadas.

Por último López Obrador tiene la capacidad y la experiencia suficientes para sentar las bases de una pacificación del país, aun cuando es poco probable que él pueda consolidarla en seis años, pero sí puede echar los cimientos para disminuir los niveles de violencia e inseguridad.  Me atrevo a decir que si solo éste punto fuera logrado, AMLO habría alcanzado esa "legítima ambición de pasar a la historia como un buen presidente"

El segundo escenario es para muchos mas probable pero para todos mas sombrío.

La historia ha comprobado que ningún régimen de corte socialista o comunista ha tenido éxito en el mundo, ni la extinta Unión Soviética ni China, Cuba o mas recientemente Venezuela.  Las causas también son conocidas, la igualación hacia abajo que parece ir en contra de la naturaleza humana, el cercenar las libertades y derechos humanos fundamentales en "aras del bien mayor" la falta de incentivos para la producción y el establecimiento de controles que terminan asfixiando a los entes productivos, etc. 

Aun así la mitología del socialismo alienta sueños de justicia social, igualdad y el destierro de la explotación y la pobreza y estos sueños desgraciadamente son como la ensoñación provocada por las drogas, agradables mientras duran, pero tarde o temprano esos sueños se enfrentan el muro de la realidad.

Si AMLO decide seguir este camino a rajatabla podemos predecir con cierto grado de exactitud que habrá un retroceso en tres elementos fundamentales:  Regreso al populismo, ataque al sector productivo y pérdida de libertades individuales.

Políticamente se podría entrar en una ola de populismo extremo en el cual la generación de riqueza será hecha de lado para centrarse en la "redistribución" de la misma.  En puntos extremos quitarle al que tiene y al que produce para dárselo a las clases "desposeídas" haciéndolas dependientes de la dádiva y corroyendo el valor del trabajo y del logro.  Podría intentar "cerrarse" la economía mediante el otorgamiento de subvenciones a la producción nacional, el establecimiento de aranceles a las importaciones y la realización de inversiones que "suenan bien" pero terminan mal, por ejemplo la construcción de refinerías.

Obviamente para hacer esa redistribución hay que convertir al empresario y al comerciante en "enemigos del pueblo" la propaganda y la intervención en los medios se encargarán de ello y si es necesario también se alimentará algún sentimiento "anti-imperialista" a pesar de los 3,000 kilómetros de frontera y del NAFTA que nos obligan a "bailar pegado" con EEUU.   Este ataque al sector productivo suele terminar con cuadros de escasez, inseguridad jurídica, desinversión, huida de capitales, etc.

En último lugar tenemos la pérdida de libertades individuales y la vulneración de derechos humanos. Este elemento es tal vez el que haya impulsado a más mexicanos a votar por AMLO.  El problema es que históricamente los gobiernos de corte socialista o comunista necesitan ejercer un alto grado de control social y para ello es imprescindible limitar la gama de opciones que tiene el ciudadano.

Así (y podemos verlo en vivo en la Venezuela de hoy) el gobierno "socialista" termina diciéndole al ciudadano qué puede comprar, en qué cantidad, cada cuando puede hacerlo y dónde puede comprar.  Obviamente también le dice al productor qué debe producir, en qué cantidad, a quién se lo debe entregar, cuanto debe pagar de sueldo y desde luego cuál será su margen de ganancia. 

Como dije en la Venezuela de hoy podemos ver las consecuencias de tales medidas de control social, hiperinflación, pobreza extrema del 80% de la población, escasez de alimentos, medicinas, repuestos, miles de empresas cerradas otro tanto de empresas trabajando a pérdida o virtualmente quebradas y la inevitable emigración impulsada por la falta de oportunidades y futuro  Y todos bajo la amenaza constante del estado de restringir aún más las libertades aplicando la frase de Porfirio Díaz, "...para los amigos todo, para los demás la ley...".

En este segundo escenario si México, guiado por Andrés Manuel Lopez Obrador deciden surcar de manera radical las aguas del socialismo del Siglo XXI, el país entero puede pasar del hartazgo (tanto político como alimentario) al hambre de pan y de libertad.
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Y después del encierro, ¿Qué?

¡Al carajo con eso! (AMLO dixit)