Die Spiegelreflexion

 

(El reflejo del espejo)


El filósofo y crítico literario René Girard, notable desarrollador de la teoría mimética, nos habla, de diversos tipos de conducta imitativa, entre ellos la mímesis de deseo y la de apropiación.  La mímesis de deseo puede describirse como la necesidad que surge en los seres humanos de moldear sus aspiraciones en función de los deseos de otros, esta imitación de conductas es fruto del modelaje que ejercen figuras aceptadas consciente o inconscientemente como role models.  En este sentido la mímesis juega un papel importante en la educación y el aprendizaje.

Por otro lado la mímesis de apropiación es la imitación que hace un individuo de otro cuando éste último se apropia de un objeto, dicho de alguna manera es emular la conducta de apropiación de otro, ahora bien, cuando el objeto de apropiación es el mismo para los dos individuos, surge la rivalidad o el conflicto, convirtiéndose los sujetos en antagonistas.

El “poder” entendido como la capacidad de ejercer influencia o provocar cambios en una sociedad, es el propósito fundamental de la política, los mecanismos para “hacerse del poder” van desde el asesinato hasta la democracia.

Si vemos la rivalidad política como una mímesis de apropiación en la cual dos o más partidos o facciones desean apropiarse del gobierno, o sea del poder, entonces podremos apreciar que, si los mecanismos de apropiación se basan en el juego democrático limpio, los procesos electorales, basados en “reglas elementales de convivencia” serán la forma de resolución de los conflictos aún cuando la rivalidad persista.

Cuando estos mecanismos democráticos son pervertidos o ignorados, los antagonistas tarde o temprano abandonarán la mímesis de apropiación y pasarán a un estado de mímesis de antagonista, en la cual incluso el objeto del deseo de las partes (el poder) puede ser soslayado y se pasa al terreno abierto de la confrontación, el punto en el cual el adversario se convierte en enemigo y blanco de los esfuerzos de cada parte.

En la Venezuela de hoy, se observan fenómenos que recuerdan todos y cada uno de los constructos anteriores.  Es obvio que tanto el gobierno como la oposición política organizada, la MUD, pretenden hacerse del poder, específicamente la segunda pretende hacerse del poder que el primero detenta.  Durante el período de 2007 a finales de 2016 una oposición fragmentada por su propia mímesis de apropiación interna hablaba de “unidad”, pero en la praxis mostraba groseramente sus divisiones internas.

En estos meses de Abril y Mayo, debido a la torpeza del propio régimen, dichas divisiones se han difuminado al punto de ser casi imperceptibles, pero indefectiblemente se está olvidando el país como objeto de apropiación y se está entrando en una mímesis de antagonista, es decir la obsesión recíproca de los rivales, esto es sumamente peligroso ya que si recordamos al ideólogo del nazismo Carl Schmitt con su frase “Dime quien es tu enemigo y te diré quién eres” en Venezuela  podemos terminar mimetizándonos completamente con el antagonista, ser como él en pocas palabras.

Es muy poco probable que el gobierno se trate de parecer siquiera a la oposición, pero ésta sí puede caer en el juego.  ¿Es eso evitable? ¿Podemos evitar la imitación de las conductas indeseables mostradas por el gobierno durante 18 años, tales  como la descalificación, el insulto, la invisibilización del oponente, la cosificación del interlocutor, la burla descarada y descarnada, el acoso, el argumento ad hominem, en suma tantas muestras de depauperación moral?

Tal vez pueda ser evitado volviendo al primer tipo de mímesis, la de deseo. ¿Qué es lo que desean los venezolanos opositores cuando sean gobierno? ¿Venganza o Aplicación de la ley? (no hablo de justicia por la altísima carga de subjetividad que dicha palabra conlleva) ¿Queremos que todo sea “como antes” o queremos construir un nuevo país?  ¿Depender del seguimiento a un caudillo o una democracia institucional real y efectiva? Y lo más importante ¿Qué país o sociedad serán nuestro modelo a seguir?

Si al ver nuestra imagen en un espejo identificamos las características de nuestro enemigo, nos estaremos volviendo como él, si por el contrario, aún a pesar del antagonismo podemos a vernos a nosotros mismos, estaremos transcendiendo la mímesis y podremos repetir las palabras del poeta Salvador Díaz Mirón “… Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan... ¡Mi plumaje es de esos!.”   

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