El Régimen Venezolano ¿Saturno Moderno?



La mitología romana nos habla de Saturno, hijo de Caelus (El cielo) y Cibeles (La tierra) los dioses primigenios.  Saturno tuvo la oportunidad de reinar entre los dioses gracias a un pacto hecho con su hermano mayor Titán, en dicho pacto se establecía que Saturno no podría tener hijos, sin embargo habiéndose casado con Rea, tuvo varios hijos a los cuales --para honrar lo pactado-- devoraba.

Así, Saturno es visto como el padre que engendra a sus hijos y termina por devorarlos.  

Saturno devorando a su hijo,  de Peter Paul Rubens (1636).


En la Venezuela de nuestros días podríamos fácilmente, equiparar al régimen con Saturno.

Los factores que dan nacimiento al engendro llamado “gobierno bolivariano” son múltiples y ampliamente conocidos, sobre todo los relacionados con el deterioro de los partidos políticos, su incapacidad de establecer conexiones reales con el pueblo, el envejecimiento de su dirigencia y la incapacidad de permitir liderazgos emergentes, las pugnas internas (caso Carlos Andrés Pérez) y la descarada “conchupancia” con los factores de poder económico, fueron parte del caldo de cultivo en el cual se desarrollaron las inconformidades sociales que desembocan en el “Caracazo” y el fallido golpe del 4 de Febrero.

Por otra parte la invisibilización de una gran parte de la población por parte de las autoridades y la clase media, generó un ambiente de resentimiento social que ya en 1990 era evidente.

Así surge Saturno, el gobierno que llegó al poder por los votos con grandes esperanzas, promesas e ideales de inclusión, igualdad y justicia.  En otros artículos he tocado el hecho que las promesas no fueron cumplidas y los ideales tan cacareados se convirtieron en el pensamiento panfletario de los actuales dirigentes del país.

El Saturno venezolano, al igual que su homólogo romano comienza a procrear, genera o adopta como hijos suyos a los pobres y desposeídos a los hambrientos de pan y de justicia y los alimenta con dádivas, misiones y grandes misiones, engorda las instituciones gubernamentales con burócratas innecesarios, acostumbra a sus “hijos” a usar el “bozal de arepa” y enseña a sus leales y predilectos el arte del “policamburismo” y el reciclaje de cargos públicos.

Pero, todo se acaba. Las bonanzas petroleras abren paso a la depresión de los precios, el acorralamiento de los “enemigos” lleva a la mengua de la producción.  El dispendio interno y externo llega a su fin y se ve a los “amigos” de antaño volver la cara ante el “invitado incómodo”

El viejo dicho que reza “cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana” se vuelve una realidad dolorosa, con lo que queda se pagan las cuentas externas y se mantiene unidos a los incondicionales, pero esos hijos que otrora decían “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo” ahora que el hambre es real,  están viendo como Saturno (Papá Gobierno) ha decidido devorarlos en aras de mantener el poder y engordar a sus “panas”.

Y Saturno los está devorando de a poco, la “Dieta de Maduro” se ha comido un promedio de ocho kilos de cada venezolano, las torpezas económicas han acabado con el 60% de las empresas, el antes llamado Bolívar Fuerte ha perdido todo su valor, las mordidas que sufren las familias a las cuales les han sido arrancado miembros por la enfermedad, la delincuencia  o la emigración son incontables.

El Saturno romano aun cuando puede ser visto como cruel, era también símbolo de alguien que está dispuesto a sacrificar a sus hijos con tal de mantener su honor al cumplir un pacto entre dioses.

¿Cuál es el honor de éste Saturno venezolano al devorar a sus hijos a cambio de mantener un poder espurio y una riqueza obscena derivada de la corrupción y el delito?

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